Quedan apenas cinco días para que el momento tan anhelado de
tu llegada embargue nuestro corazón salesiano de un sueño esperado durante
estos últimos cincuenta años.
Desde que colocaste la semilla de tu fe sobre nuestra tierra
ubetense han florecido gracias a la oración permanente, la devoción hacia María
Auxiliadora y una alegría sin fin ni contención, miles de almas que se guían
bajo la luz salesiana. Desde que fijaste tu mirada en esta ciudad de los cerros,
la fuerza del amor ha inundado nuestras vidas tomando la forma de tu semblante
bondadoso, caritativo, repleto de dulzura y entrega. Desde que nos mostraste el
camino hacia María Auxiliadora, estrella del alba que nos guía y Madre eterna,
hemos hecho de tu sueño y tu lucha un modo de vida bajo las premisas de la
ciega confianza en Dios, la corrección cristiana y la honradez, porque “el que
confía en la Virgen nunca se verá defraudado”. Es imposible reflejar con palabras todo
aquello que nos has regalado y que, gracias a ti, hemos recogido como el don
más extraordinario que podríamos recibir, y es que “para poder ser amado hay que
demostrar primero que se ama”, y tú has sido nuestro ejemplo.
Será el reencuentro de dos miradas que se cruzan después de
buscarse cada mañana, que sienten el calor de la cercanía en su alma y esperan
verse frente a frente en algún momento. Ese momento, ese 23 de septiembre de
2012, está a punto de llegar, y aquí te
espero…te esperamos.
Javi Martínez. Hermano.